Descartes
mantiene que el hombre posee una voluntad libre y por lo tanto es responsable
ante Dios de su forma de vida. El hombre debe encausar las pasiones (amor,
admiración, odio, pena, alegría y deseo) y dirigirlas a una vida recta.
Descartes se baso en unas normas provisionales con las cuales ha regido su propia existencia: 1) seguir las leyes y costumbres de la nación, 2) ser firme en la acción y mantener las propias opiniones una vez establecidas, 3) variar ante los propios deseos que intentar alterar el orden universal, 4) perseverar en el cultivo de la razón.
Descartes se baso en unas normas provisionales con las cuales ha regido su propia existencia: 1) seguir las leyes y costumbres de la nación, 2) ser firme en la acción y mantener las propias opiniones una vez establecidas, 3) variar ante los propios deseos que intentar alterar el orden universal, 4) perseverar en el cultivo de la razón.
Introduciendo un poco de historia dice que no es Sócrates
el primer hombre que se haya buscado a si mismo y que haya empeñado su vida en “hacerse
mejor cada día”, pero es con Sócrates donde este cuestionamiento del hombre de
sí mismo , el primado del ethos (Que es la ciencia que estudia las acciones
humanas en cuanto se relacionan con los fines que determinan su rectitud), sino
que constituye el motivo único de su vida y de su muerte y adquiere en el una
expresión cabal y original.
Sócrates y su filosofía no se cifra precisamente en un
cambio del objeto de cuestionamiento o de la verdad. El busca la naturaleza esencial
del hombre.
El sostiene que el bien es la sabiduría y que el mal,
la ignorancia, porque la sabiduría no consiste en un puro conocimiento
abstracto; Decía que el primer paso para alcanzar el conocimiento, y por ende
la virtud (pues conocer el bien y practicarlo era, para Sócrates, una misma
cosa), consistía en la aceptación de la propia ignorancia.
Para lograr esta aceptación debe uno ser partícipe de la interioridad, siendo esta una nueva dimensión del ser que aparece y cobra vida en al reflexión misma.
Para lograr esta aceptación debe uno ser partícipe de la interioridad, siendo esta una nueva dimensión del ser que aparece y cobra vida en al reflexión misma.
El examen de sí mismo y de los otros produce un genuino
cambio en el modo de ser porque se trata de una acción continua e integra.
Sócrates plantea que la autoconciencia es una
conversión existencial.
Sócrates busca la verdad de si mismo y de los otros.
Esta verdad se trata de ver lo que somos y captar una verdad objetiva de
nosotros y de los demás. Este hecho de que Sócrates busque la verdad de si
mismo ligada a la verdad de los demás es admirable, ya que él entendía el hecho
de que el hombre es el resultado de la sociedad en la que se desarrolla y que
para llegar a una verdadera reflexión, se necesita llegar hasta los orígenes,
como lo es (en parte) los demás que nos rodean, y también consideraba justo
compartir este conocimiento y buscar la verdad en conjunto para que el
resultado de este auto-conocimiento no se limitara a uno mismo, si no que
llegara hasta límites más lejanos.
La autoconciencia socrática es así, en principio, una práctica
de purificación por la cual el hombre se desprende de las falsas opiniones.
Gracias a este llamado “cuidado del alma” el hombre se forma o se transforma,
se conduce a si mismo, dando dirección o sentido a su vida.
En los diálogos de Sócrates con Critón este afirma que
“No se debe devolver injusticia por injusticia ni hacer daño al hombre alguno,
ni aun en el caso de que recibamos de ellos un mal, sea el que fuere.” Refleja
un poco del gran autoconocimiento que tenía Sócrates, porque asevera que mas
allá de las pasiones y de los
sentimientos vengativos y considera antes el sentir de lso otros que el propio.
Después hablamos de Kant con fragmentos de su libro “Fundamentación
a la metafísica de las costumbres”:
“El
imperativo categórico es, pues, único, y es como sigue: obra sólo según una
máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torno ley universal.
La
universalidad de la ley por la cual suceden efectos constituye lo que se llama
naturaleza en su más amplio sentido (según la forma); esto es, la existencia de
las cosas, en cuanto que está determinada por leyes universales. Resulta de
aquí que el imperativo universal del deber puede formularse: obra como si la
máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la
naturaleza.”
He aquí, lo que llamaría yo, la parte más importante
de toda la obra de Kant, y no es que haya leído todas sus obras, si no que este
pequeño fragmento resume (en mi consideración) todo lo que representa la ética.
Después enumera distintos ejemplos que implican el
suicidio, la deuda, la comodidad, y la indiferencia. Citando la parte donde
analiza la situación del suicidio:
“Según el concepto del
deber necesario para consigo mismo, habrá de preguntarse quién ande pensando en
el suicidio, si su acción puede padecerse con la idea de la humanidad como
fin en sí. Si,
para escapar a una situación dolorosa, se destruye él a sí mismo, hace uso de
una persona como mero medio para conservar una situación
tolerable hasta el fin de la vida”
Es
aquí como vemos aplicado el anterior autoconocimiento de Sócrates en una
situación tan mundana como el suicidio desde un punto de vista diferente, no
tomando al sujeto desde un punto de vista subjetivo, si no desde lo mas esencial,
desde su versión simple de ser humano remitiéndonos a la siguiente idea:
“Mas el hombre no es una
cosa; no es, pues, algo que pueda usarse como simple medio; debe ser
considerado, en todas las acciones, como fin en sí. No puedo, pues, disponer
del hombre, en mi persona, para mutilarle, estropearle, matarle.”
Kant
y Socrates pusieron el trabajo de toda su vida en una idea, la del autoconocimiento
como única forma de ser y hacerse mejor cada día.